Algunas cosas pueden ser igualmente esenciales, pero nada es más importante que un sentido saludable de autoestima y amor a uno mismo.

Cuando tu opinión de ti mismo aumenta y desarrollas un amor incondicional, dejas de buscar la validación y atención de las personas que te rodean. Te vuelves menos necesitado y encuentras una estabilidad y fortaleza internas incluso cuando tu mundo puede ser negativo o incierto a veces. Comienzas a reconocer que eres merecedor de todo lo bueno que este mundo tiene para ofrecer.

Baja el volumen de tu voz interior negativa y crea una voz interior enriquecedora para que ocupe su lugar. Cuando cometas un error, perdónate a ti mismo, aprende de él y sigue adelante en lugar de obsesionarte con él. Igualmente importante, no permitas que nadie más se detenga en tus errores o deficiencias o espere la perfección de ti.

La confianza en uno mismo es una actitud sobre sus habilidades y capacidades. Significa que te aceptas y confías en ti mismo y tienes una sensación de control en tu vida. Conoces bien tus fortalezas y debilidades y tienes una visión positiva de ti mismo. Estableces expectativas y metas realistas, te comunicas de manera asertiva y puedes manejar las críticas.

Si condicionamos el amor propio o la aceptación del cuerpo, la verdad es que nunca seremos felices con nosotros mismos. La realidad es que nuestros cuerpos cambian constantemente y nunca permanecerán exactamente iguales. Si basamos nuestra autoestima en algo tan cambiante como nuestro cuerpo, estaremos para siempre en la montaña rusa emocional de la obsesión corporal y la vergüenza.